sábado, 11 de mayo de 2013

Los fusilamientos del 3 de mayo (Francisco de Goya)

La obra 

  El cuadro Los fusilamientos del 3 de Mayo en la montaña del Príncipe Pío de Madrid fue pintado en  1814, seis años después de que sucedieran los acontecimientos, y actualmente se conserva en el Museo del Prado de Madrid. 


En la pintura se contempla el objetivo del pintor de representar el drama que vivieron los españoles frente a los tiranos franceses, puesto que se representa a las tropas napoleónicas como personajes autómatas y despersonalizados, sin cara ni expresión. En cambio, las víctimas conforman un grupo cuyas expresiones faciales se perciben desgarradas por el dolor y el miedo.
Podemos ver como los fusiles napoleónicos disparan sobre los insurgentes en el triste lugar, hoy llamado Moncloa. Además, el cuadro gira en torno al combatiente (quien no se encuentra en el centro de la tela sino lateralmente) que, con los brazos abiertos, da a entender que está dispuesto a morir. Sobre su camisa blanca se concentra toda la luz posible, lo cual no es sólo la representación de la luz física sino también simbólica. 
Las demás figuras del cuadro se suponen personajes pertenecientes a las tropas españolas que presencian el drama, unos se tapan los ojos, otros los oídos y otros yacen muertos en el suelo sobre un charco de sangre.
Como vemos, el cuadro plasma el sentimiento patriótico de Goya, así como el drama y la violencia de los hechos, pero también el inmenso deseo de libertad. 
Por otra parte, tanto estética como históricamente, este cuadro es el reverso de El juramento de los Horacios, de David, que plasma la imagen de unos héroes dispuestos a morir por una causa. Goya nos retrata al antihéroe: no al guerrero, sino a la víctima cuya muerte se convierte, casi por azar, en un llamado a los que combaten la opresión. También el estilo de Goya contrasta con el de David, con escasos perfiles marcados y una pintura suelta llena de ambigüedades y sutilezas. Se puede observar que la postura de estos soldados repite, a la inversa, la de los Horacios.   

El juramento de los Horacios (1784)

Aunque esta dramática representación parece captada directamente de la realidad, Goya no estuvo allí cuando sucedieron los hechos.





El autor
Francisco de Goya y Lucientes nació en Fuendetodos (Aragón) el día 30 de marzo de 1746. Como pintor vocacional que fue, desde sus primeros años ya da pasos como artista, estudia arte en las escuelas Pías de Zaragoza. A pesar de sus orígenes modestos, su carácter obstinado y ambicioso lo llevan a convertirse en uno de los principales artistas de los siglos XVIII y XIX. De este modo, con el siglo XVIII supone el fin de una época, culmina la corriente rococó, la gloria de España, y el inicio de otra. Todo ésto se interpreta a través de las obras de Goya, que van desde las fragantes formas inspiradas en la naturaleza, belleza y mitología de los cuerpos propias del rococó a las macabras tragedias de sus "pinturas negras", desde sus luminosas pinturas a los famosísimos grabados. 


Así pues, las obras de Goya son un ejemplo de la angustia, emoción y tragedia, sentimientos que inundaban la vida política, económica y social de la época del artista. 


El contexto histórico y artístico
En la época en la que fue pintada esta gran obra de Goya, España se encontraba sumergida en una serie de  conflictos con Francia, pues las tropas napoleónicas habían invadido el país. El 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid intentó evitar la salida del infante Don Francisco de Paula hacia Francia asaltando el Palacio Real. Este tumulto fue aprovechado por Joachim Murat (general de Napoleón), que mandó rápidamente a unos Guardias Imperiales al palacio, acompañados de artillería; la situación se descontroló y los franceses dispararon contra la multitud. Al deseo del pueblo de impedir la salida del infante, se unió el de vengar a los muertos y el de deshacerse de los invasores.
Este levantamiento, que había comenzado de forma espontánea, ya estaba aplacado a últimas horas de la tarde, y, al día siguiente, el ejército galo se vengó con saña ejecutando a cientos de rebeldes y a otros que no pasaban de ser simples espectadores de los acontecimientos.
No obstante, esta brutal represión no logró sus objetivos (acabar con la insubordinación española), muy al contrario, dio la señal de comienzo de la lucha en toda España contra las tropas francesas.

Artísticamente, este cuadro pertenece al prerromanticismo (1770-1820), al igual que su compañero, El 2 de mayo de 1808 en Madrid, también llamado La carga de los mamelucos. Este período se caracteriza por una predominancia del sentimiento sobre la razón (los autores expresan en sus obras sus sentimientos más tristes y exaltados), así como por una preferencia por los ambientes esotéricos y misteriosos (cementerios, escenas nocturnas, tormentas...).

El 2 de mayo de 1808 en Madrid

En Los fusilamientos del 3 de mayo, el protagonista absoluto es el pueblo, no están representados de forma personal, es el pueblo anónimo el héroe colectivo. Éste es un concepto claramente romántico y moderno de entender los logros nacionales, que se atribuyen al pueblo y su voluntad, y no a sus dirigentes. Al representar la Guerra de Independencia en estos lienzos, Goya se consagra a temas dramáticos, para los que crea atmósferas de pesadilla y mezcla a veces lo real con lo fantástico, al igual que sucede en su serie de grabados Los desastres de la guerra (1810-1815). 

martes, 7 de mayo de 2013

Las 3 Gracias (Rubens)



Análisis del cuadro  

Las tres Gracias fue un cuadro pintado al óleo entre 1630 y 1635 por Pedro Pablo Rubens en la cual se expone el tema mitológico a través de estas tres figuras, vírgenes e hijas de Zeus que convivían con los dioses.

A grandes rasgos, la obra de Rubens se caracetriza por el realismo de las formas, el uso de la luz y de los colores cálidos en sus elementos y por la ampluosidad de los contornos de las tres protagonistas (que fueron tan comunes en los cuadros de Rubens).

Si analizamos con detenimiento las tres figuras podemos evidenciar la influencia de la escultura clásica en las carnes de las Gracias, puesto que se intenta reproducir el efecto del mármol sobre las mismas. A su vez, se percibe  la unidad del grupo que forman las tres Gracias, puesto que se encuentran conectadas entre sí a través de los brazos y miradas y además, una de ellas se encuentra vuelta mirando a su compañera.

Por otro lado, se dice que la figura de la izquierda está inspirada en la segunda mujer del artista y que pintó poco después de casarse con ella. Este hecho, según algunos expertos evidencia la felicidad del pintor, la cual refleja en sus cuadros a través de la sensualidad de sus modelos.




Finalmente, decir que el cuadro permaneció en manos de Rubens hasta el año de su muerte (1640), cuando  la obra pasó a ser propiedad de Felipe IV y fue, por tanto, llevada a España. Actualmente se puede admirar en el museo del Prado de Madrid. 


El autor

Petrus Paulus Rubens nació en la ciudad alemana de Siegen (Westfalia) el 28 de junio de 1577. Culto y carismático, fue el pintor más influyente del período barroco. Vivió en Italia entre 1600 y 1608, y al año siguiente fue nombrado pintor de corte del archiduque Alberto de Austria, que le encargó numerosos cuadros y misiones diplomáticas.
Autorretrato (1623)
Su arte es una fusión de las tradiciones del realismo flamenco con las tendencias clásicas del Renacimiento italiano. Rubens fue capaz de infundir su propia asombrosa vitalidad en un estilo potente y exuberante, que acabó personificando al arte barroco del siglo XVII. Las figuras amplias, robustas y opulentas de sus pinturas generan un sentido del movimiento que impregna composiciones vivas y dinámicas. Poseía además la capacidad de asimilar y transformar según su estilo personal, barroco y agitado, las experiencias de los maestros italianos que estudiaba y copiaba. En sus pinturas reencontramos la profundidad atmosférica de Leonardo, la monumentalidad de Miguel Ángel, el dramatismo de Tintoretto, el misterio de Giorgione, los juegos de luces de Caravaggio, el color de la escuela de Venecia…

Este pintor fue uno de los artistas más versátiles y productivos de su época. Sus obras por encargo trataban sobretodo de temas religiosos, históricos (que incluían aspectos mitológicos) y de escenas de caza. Realizó retratos, especialmente de amigos, autorretratos, y ya a edad más avanzada, pintó varios paisajes. También diseñó grabados y tapices, así como su propia casa. Sus dibujos son casi todos extremadamente enérgicos pero poco detallados; hizo gran uso asimismo de los bocetos al óleo como estudios preparatorios. Rubens fue uno de los últimos grandes artistas que empleó de forma regular los paneles de madera como medio de soporte, incluso para trabajos muy grandes, pero también usó lienzos, especialmente cuando la obra debía ser enviada a larga distancia. En los retablos a veces pintaba sobre pizarra para reducir los reflejos.

En definitiva, Rubens salvó como nadie la brecha artística entre la Europa del norte y la del sur. Algunas de sus pinturas más famosas, aparte de la que nos compete en este artículo, son Sansón y Dalila (1610), El juicio de Paris (1639), La Adoración de los Reyes Magos (1609), La elevación de la cruz (1611), Los cuatro filósofos (1611), La masacre de los inocentes (1612), Los jardines del amor (1630), el conjunto de telas sobre María de Médici


La elevación de la cruz
Sansón y Dalila


El Renacimiento y sus características

El Renacimiento es un gran movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. El lugar en el que nació y se desarrolló este movimiento fue en Italia. Los principales exponentes se hallan en el campo de las artes aunque también se produjo una renovación en el ámbito científico.

Podemos establecer de forma general una serie de características destacables de este período como:

-->La vuelta a la Antigüedad. Resurgirán tanto las antiguas formas arquitectónicas, como el orden clásico, la introducción de creencias con cierto tiempo, los temas de mitología, de historia, así como la adopción de ciertos elementos simbólicos. Con el objetivo de la incorporación del conocimiento de las leyes que sustentan el arte clásico.

-->Surge una nueva relación con la Naturaleza, que va unida a una concepción idónea y realista de la ciencia. El concepto matemático es usado para ayudar y para entender de forma racional el ideal de belleza del arte. La aspiración de acceder a la verdad de la Naturaleza se orienta hacia la penetración de la idea como en la Antigüedad y no en el conocimiento de fenómeno causal.

-->El Renacimiento hace al hombre medida de todas las cosas. Se idealiza en el artista una formación científica, liberadora de actitudes medievales y elevarse al más alto rango social.